/el-poder-de-elegir.html
Por: Verónica Aceves Peredo.
“A veces hay que elegir en la vida y a veces la vida te elige a ti” Gayle Forman.
Elegir implica tener más de una opción. Y tomar una decisión.
La vida es en sí misma, la gran oportunidad de estar eligiendo continuamente. Este constante ejercitarnos en el camino de la elección, no puede ser casual, por lo que requiere de un análisis profundo de lo que significa elegir; de cuáles son nuestras tendencias al hacerlo y más aún cuáles son sus consecuencias.
Aunque la elección sea para nosotros ésta repercute en nuestro entorno!
Al empezar a reflexionar sobre el tema, viene a mi mente que no solamente elegimos caminos y opciones para nosotros, sino que en muchas ocasiones participamos en elegir para otros.
Nuestras elecciones, para nosotros o para los demás, muchas veces son tomadas demasiado a la ligera o con poca consciencia, de la importancia que cada una puede tener en nuestras vidas o en la vida de los demás.
Mientras somos pequeños, la mayoría de las opciones que se nos presentan en la vida son elegidas por nuestros padres, tutores, familiares, maestros y las personas que de alguna forma tienen una “autoridad” o “responsabilidad” con nosotros.
Por ejemplo, se nos elige el nombre, en muchos casos les eligen hasta su carrera, las cualidades a desarrollar físicas, mentales y /o espirituales.
¿En cuántos casos estás elecciones se han establecido con plena consciencia de sus futuras consecuencias?
Probablemente la respuesta nos sorprenda.
Por poner un ejemplo sencillo, nombres como Soledad, Dolores, Inocencio, Tristán, Blanca, Linda, Valentín, Franco, Dulce, Caín, Silvestre, Modesta, Severo, Justo, por nombrar sólo unos cuantos, son seleccionados sin tomar en cuenta las posibles implicaciones (y hasta determinaciones) que pueden traer a quienes lo portan.
O bien, la elección de carrera. Muchos padres quieren que sus hijos sigan una profesión que tradicionalmente han tenido sus ancestros, sin tomar en cuenta las habilidades, aptitudes, gustos y deseos de sus hijos, lo que implica realizar algo impuesto y quizás desagradable y por tanto con resultados en su futuro, en el mejor de los casos muy limitados; resultado de una falta de un análisis profundo y respetuoso, con consciencia, de aquellas cualidades y aptitudes que más resaltan en sus descendientes, las cuales bien encauzadas darían grandes frutos.
Habilidades deportivas, artísticas, científicas, etc. han sido inducidas de igual manera.
Más allá en la escala, encontramos la parte espiritual, que en la mayoría de los casos, ha sido impuesta, so pena de graves problemas familiares, aún en la adultez. Conozco familias separadas por elegir diferentes caminos religiosos o espirituales al de los padres.
Pero lo más relevante y preocupante desde mi punto de vista, es que como adultos con la plena libertad de elección, nos encontramos regularmente tomando caminos y opciones de manera casi inconsciente, automática y por tanto hasta irresponsable, que nos traen consecuencias a nosotros y a quienes nos rodean.
Nos olvidamos en este caso, que todos formamos parte de un todo, que estamos relacionados no sólo como humanos, sino con todo lo creado: con la naturaleza, con el reino animal, con la madre tierra, con todo el universo.
Esta falta de cuidado, ésta escasa o nula consciencia con la que muchas veces elegimos, nos afecta profundamente e impacta a todo lo que nos rodea.
Te propongo que hagas un pequeño ejercicio, durante el periodo de tiempo que tú decidas, una vez al día, elige lo que harás con consciencia, tomando en cuenta sus posibles implicaciones, para ti y todo lo demás. Al mismo tiempo, contéstate, si no hubieras elegido conscientemente, ¿hubieras tomado la misma opción? y, ¿cuál sería el resultado?
Seguramente, sorprendente.
Tú tienes el poder de elegir, y aunque aparentemente los caminos sean muchos, unos terminarán conduciéndote por el camino del dolor y sufrimiento; y los otros por el del amor, que traerá paz, armonía y felicidad. Estos, son también resultado de nuestras propias elecciones.
TU ELIGES!
[email protected]
Psicoterapeuta-grafóloga
Por: Verónica Aceves Peredo.
“A veces hay que elegir en la vida y a veces la vida te elige a ti” Gayle Forman.
Elegir implica tener más de una opción. Y tomar una decisión.
La vida es en sí misma, la gran oportunidad de estar eligiendo continuamente. Este constante ejercitarnos en el camino de la elección, no puede ser casual, por lo que requiere de un análisis profundo de lo que significa elegir; de cuáles son nuestras tendencias al hacerlo y más aún cuáles son sus consecuencias.
Aunque la elección sea para nosotros ésta repercute en nuestro entorno!
Al empezar a reflexionar sobre el tema, viene a mi mente que no solamente elegimos caminos y opciones para nosotros, sino que en muchas ocasiones participamos en elegir para otros.
Nuestras elecciones, para nosotros o para los demás, muchas veces son tomadas demasiado a la ligera o con poca consciencia, de la importancia que cada una puede tener en nuestras vidas o en la vida de los demás.
Mientras somos pequeños, la mayoría de las opciones que se nos presentan en la vida son elegidas por nuestros padres, tutores, familiares, maestros y las personas que de alguna forma tienen una “autoridad” o “responsabilidad” con nosotros.
Por ejemplo, se nos elige el nombre, en muchos casos les eligen hasta su carrera, las cualidades a desarrollar físicas, mentales y /o espirituales.
¿En cuántos casos estás elecciones se han establecido con plena consciencia de sus futuras consecuencias?
Probablemente la respuesta nos sorprenda.
Por poner un ejemplo sencillo, nombres como Soledad, Dolores, Inocencio, Tristán, Blanca, Linda, Valentín, Franco, Dulce, Caín, Silvestre, Modesta, Severo, Justo, por nombrar sólo unos cuantos, son seleccionados sin tomar en cuenta las posibles implicaciones (y hasta determinaciones) que pueden traer a quienes lo portan.
O bien, la elección de carrera. Muchos padres quieren que sus hijos sigan una profesión que tradicionalmente han tenido sus ancestros, sin tomar en cuenta las habilidades, aptitudes, gustos y deseos de sus hijos, lo que implica realizar algo impuesto y quizás desagradable y por tanto con resultados en su futuro, en el mejor de los casos muy limitados; resultado de una falta de un análisis profundo y respetuoso, con consciencia, de aquellas cualidades y aptitudes que más resaltan en sus descendientes, las cuales bien encauzadas darían grandes frutos.
Habilidades deportivas, artísticas, científicas, etc. han sido inducidas de igual manera.
Más allá en la escala, encontramos la parte espiritual, que en la mayoría de los casos, ha sido impuesta, so pena de graves problemas familiares, aún en la adultez. Conozco familias separadas por elegir diferentes caminos religiosos o espirituales al de los padres.
Pero lo más relevante y preocupante desde mi punto de vista, es que como adultos con la plena libertad de elección, nos encontramos regularmente tomando caminos y opciones de manera casi inconsciente, automática y por tanto hasta irresponsable, que nos traen consecuencias a nosotros y a quienes nos rodean.
Nos olvidamos en este caso, que todos formamos parte de un todo, que estamos relacionados no sólo como humanos, sino con todo lo creado: con la naturaleza, con el reino animal, con la madre tierra, con todo el universo.
Esta falta de cuidado, ésta escasa o nula consciencia con la que muchas veces elegimos, nos afecta profundamente e impacta a todo lo que nos rodea.
Te propongo que hagas un pequeño ejercicio, durante el periodo de tiempo que tú decidas, una vez al día, elige lo que harás con consciencia, tomando en cuenta sus posibles implicaciones, para ti y todo lo demás. Al mismo tiempo, contéstate, si no hubieras elegido conscientemente, ¿hubieras tomado la misma opción? y, ¿cuál sería el resultado?
Seguramente, sorprendente.
Tú tienes el poder de elegir, y aunque aparentemente los caminos sean muchos, unos terminarán conduciéndote por el camino del dolor y sufrimiento; y los otros por el del amor, que traerá paz, armonía y felicidad. Estos, son también resultado de nuestras propias elecciones.
TU ELIGES!
[email protected]
Psicoterapeuta-grafóloga