/aliento-de-vida.html
Por. Verónica Aceves Peredo.
“El Espíritu de Dios me ha hecho, y el aliento del Todopoderoso me da vida” Job 33:4
Con una profunda inhalación entramos a éste mundo material, y con una profunda exhalación salimos de él.
Por ello, no nos queda más que considerar, que el acto de respirar va mucho más allá de su función biológica de absorber oxígeno para mantener las funciones vitales.
Es decir, mediante la respiración entra al cuerpo la esencia que nos da vida, que es Espíritu, Prana, Chi, Soplo divino.
La biblia, nos dice: “Y sopló en su nariz un aliento de vida,” …el Espíritu (Ruáh) que hace al ser humano un viviente”.
Pero qué es este Espíritu o Ruah que se menciona en la biblia?
Investigando sobre el tema, encuentro que el aliento de vida es considerado por algunos como una fuerza creadora, innovadora y renovadora que da vida y sustenta, además de que gobierna todas las cosas. Esta fuerza está ligada al hombre, tanto en el aspecto corporal: como alimentación biológica en su nivel más elemental, pero también a nivel psicológico en las emociones y a nivel profundo, como espiritualidad.
Por lo tanto, yo considero que el Espíritu de Dios es insuflado en el ser, a través de este acto inicial, pero que se renueva constantemente en un acto que aparentemente es tan mecánico y elemental.
Dios todo lo abarca y se encuentra en todo el universo. Nosotros lo recibimos y nos alimentamos de Él, con cada inspiración.
Para muchos la respiración es una conexión con nuestra espiritualidad (coincido) y bien podría ser la ruta hacia la unificación y armonización del cuerpo y el espíritu.
En la cultura occidental se le consideró durante los últimos siglos, principalmente en su función biológica más elemental, pero en oriente y durante miles de años se ha pensado que la respiración cura heridas, enfermedades, expande la energía física y mental y además puede alcanzar una dimensión espiritual.
Actualmente, en todo el mundo, cada vez se presta mayor atención al papel que la respiración tiene y aún hay mucho por aprender de todo lo que ella implica para el ser humano. Incluso se puede llegar a descubrir y demostrar que la respiración es la llave de nuestro secreto potencial mental y espiritual.
Ejercicios especiales de respiración para lograr un cambio en el nivel de consciencia han sido ampliamente estudiados, analizando las relaciones que se establecen entre los hemisferios cerebrales y como su integración y mayor acceso al hemisferio derecho, dan tintes de genialidad a los pensamientos que parecen fluir con mayor libertad y potencia.
Sabemos que controlando conscientemente la respiración, de tal forma que sea profunda, rítmica y relajada, las emociones más exacerbadas como la ira y el temor pueden ser trasformadas en un estado de armonía y paz.
De igual forma, a través de centrarnos en nuestra respiración podemos entrar a un estado de consciencia diferente y a un contacto íntimo con nuestra verdadera esencia y por tanto con el espíritu que nos da vida y nos fue otorgado desde ese primer aliento insuflado, por la misma Divinidad de la que procedemos.
En lo más sencillo y en el lugar menos esperado, puede encontrase tu mayor tesoro!
[email protected]
Verónica Aceves Peredo.
Psicoterapeuta- grafóloga
Por. Verónica Aceves Peredo.
“El Espíritu de Dios me ha hecho, y el aliento del Todopoderoso me da vida” Job 33:4
Con una profunda inhalación entramos a éste mundo material, y con una profunda exhalación salimos de él.
Por ello, no nos queda más que considerar, que el acto de respirar va mucho más allá de su función biológica de absorber oxígeno para mantener las funciones vitales.
Es decir, mediante la respiración entra al cuerpo la esencia que nos da vida, que es Espíritu, Prana, Chi, Soplo divino.
La biblia, nos dice: “Y sopló en su nariz un aliento de vida,” …el Espíritu (Ruáh) que hace al ser humano un viviente”.
Pero qué es este Espíritu o Ruah que se menciona en la biblia?
Investigando sobre el tema, encuentro que el aliento de vida es considerado por algunos como una fuerza creadora, innovadora y renovadora que da vida y sustenta, además de que gobierna todas las cosas. Esta fuerza está ligada al hombre, tanto en el aspecto corporal: como alimentación biológica en su nivel más elemental, pero también a nivel psicológico en las emociones y a nivel profundo, como espiritualidad.
Por lo tanto, yo considero que el Espíritu de Dios es insuflado en el ser, a través de este acto inicial, pero que se renueva constantemente en un acto que aparentemente es tan mecánico y elemental.
Dios todo lo abarca y se encuentra en todo el universo. Nosotros lo recibimos y nos alimentamos de Él, con cada inspiración.
Para muchos la respiración es una conexión con nuestra espiritualidad (coincido) y bien podría ser la ruta hacia la unificación y armonización del cuerpo y el espíritu.
En la cultura occidental se le consideró durante los últimos siglos, principalmente en su función biológica más elemental, pero en oriente y durante miles de años se ha pensado que la respiración cura heridas, enfermedades, expande la energía física y mental y además puede alcanzar una dimensión espiritual.
Actualmente, en todo el mundo, cada vez se presta mayor atención al papel que la respiración tiene y aún hay mucho por aprender de todo lo que ella implica para el ser humano. Incluso se puede llegar a descubrir y demostrar que la respiración es la llave de nuestro secreto potencial mental y espiritual.
Ejercicios especiales de respiración para lograr un cambio en el nivel de consciencia han sido ampliamente estudiados, analizando las relaciones que se establecen entre los hemisferios cerebrales y como su integración y mayor acceso al hemisferio derecho, dan tintes de genialidad a los pensamientos que parecen fluir con mayor libertad y potencia.
Sabemos que controlando conscientemente la respiración, de tal forma que sea profunda, rítmica y relajada, las emociones más exacerbadas como la ira y el temor pueden ser trasformadas en un estado de armonía y paz.
De igual forma, a través de centrarnos en nuestra respiración podemos entrar a un estado de consciencia diferente y a un contacto íntimo con nuestra verdadera esencia y por tanto con el espíritu que nos da vida y nos fue otorgado desde ese primer aliento insuflado, por la misma Divinidad de la que procedemos.
En lo más sencillo y en el lugar menos esperado, puede encontrase tu mayor tesoro!
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Verónica Aceves Peredo.
Psicoterapeuta- grafóloga