Por Verónica Aceves Peredo.
“…somos y atraemos lo que estamos pensando con más fuerza…”
Existen varios tipos de Resonancia: acústica, musical, mecánica, eléctrica, magnética, orbital, química y física, por mencionar algunas. Puede ser también mórfica, como explica el científico Sheldrake, quién a través de una polémica teoría, sienta las bases para entender la interdependencia existencial… o magnética como la Resonancia Schumann, quién desde mediados del siglo XX demostró, que existe una frecuencia que nos conecta a todos los seres humanos, donde la tierra se comporta como un enorme circuito eléctrico.
Incluso las ondas resonantes que descubrió Schumann, vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales tanto de los seres humanos, como de los mamíferos (y probablemente con toda la creación).
También es sabido que existe una resonancia energética o espiritual. Esta última es a la que dedico este espacio. Principalmente en lo que respecta a nuestras relaciones interpersonales y a nivel espiritual.
Desde el punto de vista en que se trate el tema, encontramos que parece intervenir en la resonancia la ley de atracción, lo mismo que una interconexión y un nivel vibratorio específico para cada caso; lo cual hace que personas, situaciones, ambientes, etc. se atraigan por estar en el mismo nivel de resonancia.
La vibración energética, es como un poderoso imán, que atrae, todo aquello que por “resonancia” se encuentra en su misma frecuencia.
Algo que te resuena es algo que se siente dentro de ti, como un llamado, que resulta de utilidad porque está en sintonía contigo mismo. Y con algo que seguramente buscas. Por ello en ocasiones decimos esto me resuena, o por el contrario no hay afinidad, atracción o resonancia.
La resonancia es información, y en ocasiones esa información es necesaria y te resuena y otras veces no es el momento de recibirla y no se da la resonancia, por lo menos en ese momento. A todos nos ha pasado que alguna vez algo o alguien que no nos interesó en un momento determinado, ahora nos interesa. Sabemos ahora que es producto de un mismo nivel de resonancia.
Pero porque es importante hablar de resonancia, pues una de las cosas que a mí en particular, me interesan, es conocerme a mí misma y saber cómo estoy vibrando y poder tener instrumentos que hagan mi recorrido por esta vida, con mayor certidumbre y asertividad.
Esto lo puedo saber si observo mi entorno y veo el “mundo” que me rodea: cómo es mi pareja, mi familia, mis amistades, cómo es mi estado de salud, como es mi economía, que es lo que vivo día con día?.
Tengo paz?, temor?, alegría?, me siento afortunada o no?.
Pongo atención y elijo conscientemente lo qué leo, manifiesto y verbalizo; cuánto me quejo, o cuánto agradezco?. Todo esto es lo que quiero y busco?
Yo considero, que generalmente nuestro nivel de resonancia es algo que pasa inadvertido por nosotros, si estamos “bien” no nos preguntamos a que se debe o en que hemos participado (resonado) o si por el contrario sentimos que las cosas se atoran, se salen de control o simplemente no son como deseamos, no solemos reconocer nuestra participación directa, nuestra responsabilidad en lo que se nos manifiesta.
Ojalá cada día, al iniciar éste, nos pudiéramos proponer conscientemente vibrar y resonar en lo que deseamos y al final de cada día, observar que fue lo que atrajimos a través de nuestra resonancia.
Si estamos conscientes y despiertos, a lo que ocurre a nuestro alrededor, sabemos cómo y con qué y quién resonamos, y podremos hacer algo para modificarlo (si es lo que deseamos), o disfrutar y agradecer a nuestro yo superior, el nivel vibratorio que estamos logrando.
No olvides que la resonancia nos intercomunica con todo, lo que veo, leo, oigo, pienso, siento y hablo, resuena en mí y en mi entorno, trayendo como respuesta hechos, personas, circunstancias, eventos, oportunidades…todo!
La resonancia no es estática, como todo en el universo está en constante movimiento viajando por él, así que no nos podemos confiar y dar por hecho que resueno cómo quiero, si no estamos conscientes de nuestras vivencias cotidianas y nos sorprende o nos preocupa lo que nos ocurre.
Si cambias, cambiará la resonancia, redirígela a la vida que deseas.
Verónica Aceves Peredo
[email protected]
Psicoterapeuta- Grafóloga
“…somos y atraemos lo que estamos pensando con más fuerza…”
Existen varios tipos de Resonancia: acústica, musical, mecánica, eléctrica, magnética, orbital, química y física, por mencionar algunas. Puede ser también mórfica, como explica el científico Sheldrake, quién a través de una polémica teoría, sienta las bases para entender la interdependencia existencial… o magnética como la Resonancia Schumann, quién desde mediados del siglo XX demostró, que existe una frecuencia que nos conecta a todos los seres humanos, donde la tierra se comporta como un enorme circuito eléctrico.
Incluso las ondas resonantes que descubrió Schumann, vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales tanto de los seres humanos, como de los mamíferos (y probablemente con toda la creación).
También es sabido que existe una resonancia energética o espiritual. Esta última es a la que dedico este espacio. Principalmente en lo que respecta a nuestras relaciones interpersonales y a nivel espiritual.
Desde el punto de vista en que se trate el tema, encontramos que parece intervenir en la resonancia la ley de atracción, lo mismo que una interconexión y un nivel vibratorio específico para cada caso; lo cual hace que personas, situaciones, ambientes, etc. se atraigan por estar en el mismo nivel de resonancia.
La vibración energética, es como un poderoso imán, que atrae, todo aquello que por “resonancia” se encuentra en su misma frecuencia.
Algo que te resuena es algo que se siente dentro de ti, como un llamado, que resulta de utilidad porque está en sintonía contigo mismo. Y con algo que seguramente buscas. Por ello en ocasiones decimos esto me resuena, o por el contrario no hay afinidad, atracción o resonancia.
La resonancia es información, y en ocasiones esa información es necesaria y te resuena y otras veces no es el momento de recibirla y no se da la resonancia, por lo menos en ese momento. A todos nos ha pasado que alguna vez algo o alguien que no nos interesó en un momento determinado, ahora nos interesa. Sabemos ahora que es producto de un mismo nivel de resonancia.
Pero porque es importante hablar de resonancia, pues una de las cosas que a mí en particular, me interesan, es conocerme a mí misma y saber cómo estoy vibrando y poder tener instrumentos que hagan mi recorrido por esta vida, con mayor certidumbre y asertividad.
Esto lo puedo saber si observo mi entorno y veo el “mundo” que me rodea: cómo es mi pareja, mi familia, mis amistades, cómo es mi estado de salud, como es mi economía, que es lo que vivo día con día?.
Tengo paz?, temor?, alegría?, me siento afortunada o no?.
Pongo atención y elijo conscientemente lo qué leo, manifiesto y verbalizo; cuánto me quejo, o cuánto agradezco?. Todo esto es lo que quiero y busco?
Yo considero, que generalmente nuestro nivel de resonancia es algo que pasa inadvertido por nosotros, si estamos “bien” no nos preguntamos a que se debe o en que hemos participado (resonado) o si por el contrario sentimos que las cosas se atoran, se salen de control o simplemente no son como deseamos, no solemos reconocer nuestra participación directa, nuestra responsabilidad en lo que se nos manifiesta.
Ojalá cada día, al iniciar éste, nos pudiéramos proponer conscientemente vibrar y resonar en lo que deseamos y al final de cada día, observar que fue lo que atrajimos a través de nuestra resonancia.
Si estamos conscientes y despiertos, a lo que ocurre a nuestro alrededor, sabemos cómo y con qué y quién resonamos, y podremos hacer algo para modificarlo (si es lo que deseamos), o disfrutar y agradecer a nuestro yo superior, el nivel vibratorio que estamos logrando.
No olvides que la resonancia nos intercomunica con todo, lo que veo, leo, oigo, pienso, siento y hablo, resuena en mí y en mi entorno, trayendo como respuesta hechos, personas, circunstancias, eventos, oportunidades…todo!
La resonancia no es estática, como todo en el universo está en constante movimiento viajando por él, así que no nos podemos confiar y dar por hecho que resueno cómo quiero, si no estamos conscientes de nuestras vivencias cotidianas y nos sorprende o nos preocupa lo que nos ocurre.
Si cambias, cambiará la resonancia, redirígela a la vida que deseas.
Verónica Aceves Peredo
[email protected]
Psicoterapeuta- Grafóloga