“Ama a tú próximo como a ti mismo”.
Una intención que nos podría acompañar cada día.
Cómo definir lo que significa la intención, si es algo tan abstracto. Es como la esencia de un sentimiento, pensamiento, emoción o hecho, que está dentro del hombre, que está en su mente.
La cábala, por ejemplo, está muy ligada a las intenciones. Por eso se dice que la sabiduría de la Cábala, es la sabiduría sobre las intenciones, las intenciones son lo principal. Dice Rav: “los cabalistas hacen intenciones, corrigen el mundo por medio de intenciones”.
Ya en los dos ejemplares anteriores hemos revisado el poder de la palabra, los decretos y las creencias, pues con el poder de la intención, que trataremos en esta oportunidad se complementa la información y se redondean los temas tratados.
Dijimos anteriormente que se impacta en el mundo físico manifiesto con nuestras creencias y con las palabras, mucho más de lo que suponemos, de lo que queremos reconocer.
Y aunque ya está largamente demostrado que lo que creemos, nuestro cuerpo entero lo cree, y si el cuerpo lo cree, el universo entero hace lo necesario para complacer nuestra intención que ha sido certificada con nuestra creencia y solicitada a través del poder de las palabras. La intención por tanto es como la sal, como elemento alquímico que al ser mezclado con los demás ingredientes da “sabor” o “forma”.
Debido a que la intención puede acompañar como decíamos, cualquier sentimiento, pensamiento, emoción o hecho, quisiera dirigirme a la intención en la manifestación de la salud/enfermedad.
Cada célula de nuestro cuerpo por increíble que nos parezca participa de esta información que se convierte en su propia convicción. Si creemos que algo nos hace mal, así será. Por el contrario si creemos que algo nos hace bien, así será también.
El Dr. Hawkins, en su libro: Curación y Recuperación, nos repite insistentemente que “lo que tenemos en la mente se manifiesta a nivel físico y no al revés”. También nos dice: “Si no creemos en ella, la enfermedad desaparece del cuerpo”.
El cuerpo expresa el contenido de la mente. Y nuestra posición espiritual determina el ser saludable o no. Esto se debe a que si nuestro nivel vibratorio es bajo, es como tener un sistema inmunológico bajo, somos más proclives a expresar la negatividad de nuestra mente a través de nuestro cuerpo.
Hawkins, nos expresa: “una vez que estamos dispuestos a aceptar el poder de la mente, tenemos que estar atentos, ser perseverantes y no dejar que la mente exprese negatividad”.
Podríamos, replicar que no es tan fácil; cómo se puede hacer eso, y pensar que si así lo fuera no habría enfermos o sería fácil su curación.
Aquí justamente es donde tiene su poder la intención.
Yo necesito tener una clara intención, y esa clara intención puede ser no creer ciegamente en lo que la mente nos dice acerca de la enfermedad y que ha sido reafirmada tanto por nuestras creencias como por las creencias de los demás, y ratificada por nuestras palabras (y las de los demás); Por tanto, el tomar la decisión de que nuestra intención de cambiar, de revisar lo que hay en la mente hace la diferencia.
Mi intención, tiene que centrarse en la salud y que está se haga manifiesta a través de enfocar el poder de mi mente en pensamientos positivos que sustituyan los opuestos. Y No sólo eso, sino recordar que el amor y el estado de paz, son grandes sanadores que contribuyen a alcanzar nuestros objetivos.
Si aunamos a todo ello, el conocimiento de que somos “seres infinitos, hijos de Dios” que tenemos la capacidad y el poder de decidir que atraemos o quitamos de nuestra mente.
Recordemos que las emociones y pensamientos son vibraciones no físicas que rápidamente son traducidas por el cerebro en un lenguaje neuroquímico de potenciales eléctricos y neuropéptidos, que modifican directamente la actividad celular y modelan el cuerpo físico.
A través de la intención, podemos re adueñarnos de nuestro poder y dar cabida a la salud, no sin antes descubrir, examinar y comprender lo que nos quiere decir “ese síntoma “o “enfermedad”, con el fin de recontextualizarla, logrando perdonar (detrás de una enfermedad hay miedo y culpa) y sanar!
Antes de finalizar, recuerda que las intenciones son aplicables a cualquier aspecto de la vida. Recupera el control.
Psicoterapeuta- grafóloga
Verónica Aceves Peredo
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