EQUILIBRIO EMOCIONAL Y TEMPLANZA
Por Arturo Maldonado Morales
Dice el dicho común: “Todos los caminos conducen a Roma”, pero no todos los caminos nos llevan al equilibrio.
El tan mencionado EQUILIBRIO que todos buscamos y que poco duramos en él.
Según el RAE el Equilibrio es un estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan, inmovilidad de un cuerpo sometido únicamente a la acción de la gravedad que se mantiene en reposo sobre su base o punto de sustentación.
Si seguimos por el camino de la definición del RAE, solo estaríamos parados sobre un mismo punto todo el tiempo, situación que es imposible, la vida del ser humano es completamente dinámica y siempre estamos sometidos a una infinidad de fuerzas y casi siempre opuestas a nuestra voluntad o necesidades.
¿Pero qué sería de nuestro camino y evolución si no estuviéramos buscando el equilibrio a cada momento?
No seríamos lo que somos, para bien o para mal, el equilibrio es inherente a nuestra vida.
El equilibrio emocional son las respuestas que ejecutamos de acuerdo a nuestro entorno y momento, buscando una satisfacción ya sea física, emocional o espiritual.
Todo en base a las relaciones en las que estamos interviniendo sea del tipo que fueren. Como seres humanos estamos condicionados al acto de estímulo-respuesta, es decir a cada acto ejecutado por nosotros o los demás, tendremos una respuesta que de acuerdo a como nos haga sentir ya sea confortablemente o no, afectará de manera positiva o no a nuestro equilibrio emocional, y que éste definitivamente impactara en nuestro desempeño laboral, escolar, familiar, de pareja, etc. Es decir, si tenemos equilibrio emocional, somos sanos ya que si no somos capaces de tenerlo o mantenerlo el estrés terminará por enfermarnos emocionalmente, físicamente o espiritualmente.
Como en otras ocasiones he mencionado que en esta vida no hay absolutos, en un extremo tenemos el blanco y en el otro el negro, en el centro donde supuestamente está el equilibrio está un gris que es 50% blanco y 50% negro.
¿Y la demás gama de tonalidades están fuera de equilibrio?
¡Por supuesto que NO!
Todas las tonalidades de gris desde el más claro hasta el más obscuro también son equilibrio. Nuestro caminar y búsqueda nos lleva a diferentes situaciones, las cuales nos obligan a ejecutar acciones que nos llevan a cualquier punto de la línea del blanco-negro y siempre mientras tengamos vida material y espiritual, estaremos caminando dentro de toda la gama de colores
¿Cómo saber si estoy en equilibrio emocional?
Evaluando mi interior, si consciente y honestamente después de ejecutar una acción me siento bien, significa que actué de acuerdo a mis capacidades de manera adecuada, por lo tanto estoy en equilibrio, de forma contraria, si sólo actué desde una manera automática y sólo por responder a un estímulo sin consciencia, mi insatisfacción me indicara que estoy fuera de foco o de equilibrio.
Aquí entra en juego una sociedad indisoluble entre el equilibrio e inteligencia emocional, ya que al ejecutar acciones debemos de tener la capacidad de reconocer los sentimientos y emociones generados por la mismas, ya sean propios o de los demás, también entra en acción nuestra capacidad para manejarlos y resolver situaciones sin causarnos más incomodidades a nosotros o a los demás.
Esto implica la capacidad de motivarnos, de mantener el interés en las tareas iniciadas y culminarlas y así poder superar las frustraciones generadas por acciones incorrectas y de ser necesario diferir los premios a acciones ejecutadas exitosamente, además de regular nuestro sentir interno para evitar que el posible sufrimiento afecte nuestra racionalidad y así confiar en nosotros mismos y tener empatía con los demás. Esto nos lleva a otro tema tratado anteriormente, el EGO.
El ego nos saca de equilibrio emocional, si de momento nos da satisfacción el poder sentirnos mejor o superiores a los demás al paso del momento inicial de adrenalina, llegará la cruda moral de haber actuado desde la plataforma egotica sin pensar en solo satisfacernos de cualquier forma cualquiera que haya sido esta.
El equilibrio emocional es lo que nos da la fortaleza y templanza para seguir actuando desde nuestra plataforma de LUZ y AMOR, ya que éste nos da la seguridad y confianza de seguir actuado en busca del bien nuestro y de los que nos rodean, así podremos tener la fuerza suficiente para seguir actuando, caminando y buscando nuestra evolución, asumiendo nuestra responsabilidad cotidiana de actuar con consciencia.
Arturo Maldonado M.
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