Por: Verónica Aceves Peredo.
Antes de entrar al tema en cuestión, me gustaría citar algunas frases célebres sobre la fortaleza interior:
“Nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza”: Julio César
“Las personas fuertes crean sus acontecimientos; las débiles sufren lo que les impone el destino”: Alfred Víctor de Vigny.
“Lo que no me mata me hace más fuerte”: Friedrich Nietzsche.
“En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible”: Albert Camus.
“La gloria no consiste en no caer nunca, sino más bien en levantarse las veces que sea necesario”: Mario Benedetti.
“El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo”: Antoine de Saint-Exupéry.
ENCONTRAMOS POR TANTO QUE LA FORTALEZA TIENE MUCHOS SIGNIFICADOS.
Si analizamos etimológicamente fortaleza, viene de fortis: fuerte, que a la vez se relaciona con firme.
En el diccionario, se define como fuerza física o moral de una persona para afrontar situaciones difíciles.
Es también una virtud cardinal, que confiere Valor para soportar la adversidad y resistir los peligros.
Significa a la vez, un recinto protegido con murallas o construcciones de defensa para resguardarse de los enemigos.
Va implícita en la fortaleza, la fuerza y el vigor.
Si observamos que la fortaleza es lo opuesto a debilidad, y que a la vez es sinónimo de solidez, robustez, resistencia, entereza, firmeza, carácter, rectitud, hombría. Nuestro propósito sería entonces desarrollar estos últimos, para evitar caer en su antagónico.
Lo cierto es que dentro de cada ser humano, existe la fortaleza como potencial, pero se requiere de voluntad para manifestarla.
La grafología, como hemos venido planteando en los artículos anteriores tiene el potencial para ayudarnos a “fortalecer” nuestras habilidades y transformar nuestras debilidades o carencias; a través de la grafoterapia, que consiste en la reducación estructural de las letras o trazos.
Esto significa, que se puede lograr cambios en rasgos de nuestra conducta y personalidad, mediante la modificación de algunos rasgos en nuestra escritura.
La grafoterapia, es una reprogramación neuroescritural que permite optimizar y “fortalecer” aspectos de la personalidad.
Se puede decir, que lo que interfiere o impide en ocasiones, que surja en nosotros la fortaleza interior que se encuentra latente en cada ser humano, son ciertos rasgos de debilidad en nuestro comportamiento y por lo tanto en nuestros grafismos.
Los rasgos de debilidad estarían manifestados en:
Así, que tomar en cuenta escribir con una presión más fuerte, sin que llegue a ser demasiado, mantener la escritura sobre el renglón de manera horizontal, sin que se nos caigan letras finales hacia el renglón de abajo, cuidar que nuestra hampas sean firmes y con trazos seguros, que las letra “t”, tenga una línea recta firme, con una tilde (trazo horizontal) claro, seguro y firme, contribuirá a que se manifieste en cada uno la fortaleza interior que todos poseemos.
Nota: Si algunos de estos rasgos los presenta en su escritura y siente falta de fortaleza para enfrentar no solo los embates de la vida, sino la cotidianidad, asesórese.
Antes de entrar al tema en cuestión, me gustaría citar algunas frases célebres sobre la fortaleza interior:
“Nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza”: Julio César
“Las personas fuertes crean sus acontecimientos; las débiles sufren lo que les impone el destino”: Alfred Víctor de Vigny.
“Lo que no me mata me hace más fuerte”: Friedrich Nietzsche.
“En las profundidades del invierno finalmente aprendí que en mi interior habitaba un verano invencible”: Albert Camus.
“La gloria no consiste en no caer nunca, sino más bien en levantarse las veces que sea necesario”: Mario Benedetti.
“El hombre se descubre cuando se mide con un obstáculo”: Antoine de Saint-Exupéry.
ENCONTRAMOS POR TANTO QUE LA FORTALEZA TIENE MUCHOS SIGNIFICADOS.
Si analizamos etimológicamente fortaleza, viene de fortis: fuerte, que a la vez se relaciona con firme.
En el diccionario, se define como fuerza física o moral de una persona para afrontar situaciones difíciles.
Es también una virtud cardinal, que confiere Valor para soportar la adversidad y resistir los peligros.
Significa a la vez, un recinto protegido con murallas o construcciones de defensa para resguardarse de los enemigos.
Va implícita en la fortaleza, la fuerza y el vigor.
Si observamos que la fortaleza es lo opuesto a debilidad, y que a la vez es sinónimo de solidez, robustez, resistencia, entereza, firmeza, carácter, rectitud, hombría. Nuestro propósito sería entonces desarrollar estos últimos, para evitar caer en su antagónico.
Lo cierto es que dentro de cada ser humano, existe la fortaleza como potencial, pero se requiere de voluntad para manifestarla.
La grafología, como hemos venido planteando en los artículos anteriores tiene el potencial para ayudarnos a “fortalecer” nuestras habilidades y transformar nuestras debilidades o carencias; a través de la grafoterapia, que consiste en la reducación estructural de las letras o trazos.
Esto significa, que se puede lograr cambios en rasgos de nuestra conducta y personalidad, mediante la modificación de algunos rasgos en nuestra escritura.
La grafoterapia, es una reprogramación neuroescritural que permite optimizar y “fortalecer” aspectos de la personalidad.
Se puede decir, que lo que interfiere o impide en ocasiones, que surja en nosotros la fortaleza interior que se encuentra latente en cada ser humano, son ciertos rasgos de debilidad en nuestro comportamiento y por lo tanto en nuestros grafismos.
Los rasgos de debilidad estarían manifestados en:
- Escritura con una presión suave, que casi es blanca, como si la tinta hubiera perdido color, lo cual es el resultado de falta de vigor físico.
- Una persona sin fortaleza, es una persona que incluso a nivel físico su cuerpo manifiesta debilidad, por tanto esta se manifiesta en la escritura.
- Una persona débil, tampoco es capaz de sostener una línea horizontal y sus grafismos pareciera que cayeran paulatinamente, hacia el renglón de abajo.
- Las hampas (que son los trazos que van hacia la parte superior como una especie de líneas rectas o ligeramente diagonales, según sea el caso) son débiles, poco firmes en sus trazos, como en la b, d, t, l, h principalmente.
- Los trazos cuyas letras finales van empequeñeciendo, como si perdieran la fuerza y predominara el cansancio. Siempre y cuando este rasgo esté aunado a poca presión y debilidad en el trazo, son otro índice.
- Variaciones en el tamaño del grafismo, si va aunado a los rasgos mencionados y a otros rasgos que denoten perdida de impulso y dominio sobre éstos, por inseguridad y temor.
- Y problemas de debilidad en letras reflejas como la “t” que tiene que ver con la voluntad.
Así, que tomar en cuenta escribir con una presión más fuerte, sin que llegue a ser demasiado, mantener la escritura sobre el renglón de manera horizontal, sin que se nos caigan letras finales hacia el renglón de abajo, cuidar que nuestra hampas sean firmes y con trazos seguros, que las letra “t”, tenga una línea recta firme, con una tilde (trazo horizontal) claro, seguro y firme, contribuirá a que se manifieste en cada uno la fortaleza interior que todos poseemos.
Nota: Si algunos de estos rasgos los presenta en su escritura y siente falta de fortaleza para enfrentar no solo los embates de la vida, sino la cotidianidad, asesórese.